Llevo tiempo sin escribir.
Un descanso a mediados de diciembre, una vuelta a medio gas para competir en los crosses en enero y febrero (en la foto perdiendo una medalla de veteranos al sprint frente al velocirraptor I.Gallego), acompañada de continuos virus que Xabi me ha ido trayendo de la guarde, y ya a esperar con ganas a que pasen estas últimas semanas de invierno para poder empezar a entrenar con buen tiempo y ganas.
Esta primavera se me han cruzado varias cosas, además de estar flojo no voy a poder correr la maratón de Vitoria en Mayo como tenía pensado (compromisos de ser además de maratoniano otras muchas cosas). La opción parece ser Laredo en Junio, con lo que esas fechas implica de dificultad para conseguir una buena marca (la marca este año la intentaré en Francfurt en Octubre). Haré más carreras, pero como siempre, el maratón será lo que me motivará para entrenar todos los días y en lo que estaré pensando cuando esté "en Babia". Treintaytantos maratones ya y todavía me ilusiona como al principio.
Claro que para mí las satisfacciones de correr un maratón tienen poco que ver con cruzar la meta o coleccionar medallas como parece que hay una fiebre ahora. Para mí es una competición, una carrera. LA CARRERA. En la que pongo toda la carne en el asador y corro contra todos y contra mí mismo. A cara de perro, nada de experiencias místicas para mí, ni de "lo importante es disfrutar" o "llegar".